La Empanada Viajera, un obrador artesanal coruñés centrado en el producto emblemático gallego que le da nombre, destinará el próximo sábado 23 de agosto el 100% de su facturación, tanto en tienda física como a través de su página web, a la campaña que UNICEF tiene en marcha para la ayuda de niños en Gaza. 

Aunque no es la primera vez que realizan acciones sociales, sí es la primera ocasión en la que anuncian una iniciativa solidaria. “En los tres años que llevamos siempre hemos estado muy proactivos a la hora de colaborar con causas benéficas, pero siempre con la condición de que no se publicitara. No por nada malo, está bien quien lo publicita, pero nosotros no nos encontrábamos cómodos publicitando que colaborábamos”, explica Pablo Pizarro. 

En esta ocasión, sin embargo, decidieron anunciarlo, con el objetivo de recaudar lo máximo posible. “Con el tema de Gaza llevábamos tiempo pensando qué podríamos hacer. Vimos las acciones de Fogones por Gaza y queríamos hacer algo. Consultando un poco sobre anunciarlo o no, como al final es verano y es una buena época para el obrador, también nos daba un poco de pena y nos aconsejaron hacerlo, sobre todo para que venga más gente”, detalla Pizarro. 

La mecánica es sencilla: cualquier compra realizada el sábado 23 se donará íntegramente a UNICEF, incluidas las que se realicen por la página web, con un detalle que el cliente debe tener en cuenta. “Si se realiza la compra ese día a través de la web, a sabiendas de que no le va a llegar hasta la semana que viene porque no repartimos los sábados, esta quedará registrada y el cliente sabrá que esa cantidad que ha comprado se donará”, explica el propietario. 

La elección de UNICEF no fue casual. Tal y como explica Pizarro, “queríamos que fuese una campaña específica para esto. Vimos lo que tenía UNICEF, que no era una campaña puntual, sino algo que ya lleva tiempo. También nos pareció muy transparente todo lo que es el modo de cómo realizar la donación, y por eso decidimos hacerlo con ellos”. 

Con esta acción, La Empanada Viajera no busca reconocimiento, sino aportar su grano de arena. “Para nosotros es un esfuerzo mínimo comparado con lo que se podría hacer. Es un día normal en el que abrimos y, como propietarios que somos, decidimos que ese dinero, en vez de quedarse en nuestra cuenta, se va para una organización benéfica”, sentencia Pizarro.