Los petroglifos de Galicia: un viaje a la prehistoria tallada en piedra

A simple vista, pueden parecer solo figuras en la roca, pero los grabados rupestres son mucho más que eso: son un legado de antiguas civilizaciones. Ciervos majestuosos, círculos concéntricos y laberintos conforman un paisaje simbólico único cuyo significado sigue siendo un misterio

Los petroglifos de Galicia: un viaje a la prehistoria tallada en piedra

Galicia es una de las regiones con mayor riqueza en arte rupestre de Europa, con más de 3.400 estaciones catalogadas hasta la fecha, especialmente concentradas en las Rías Baixas, Terras de Montes y Baixo Miño. Estos grabados en piedra, que forman parte del Grupo de Arte Atlántico -un estilo que se extiende por la costa noroeste de la Península Ibérica y otras regiones del continente europeo-  han perdurado en tierras gallegas, desafiando el paso del tiempo y la erosión. 

Hoy en día, su estudio y conservación se han convertido en una prioridad en enclaves como el Parque Arqueológico de Campo Lameiro, el Ecoparque Arqueológico Monte Tetón, el Centro de Interpretación de los Petroglifos de Mogor y Compostela Rupestre. A lo largo de estas líneas, recorreremos estas zonas a través de sus petroglifos, testigos silenciosos de un pasado remoto que siguen cautivando en el presente. 

El Parque Arqueológico de Campo Lameiro, emblema de referencia 

Ubicado en la provincia de Pontevedra, el Parque Arqueológico del Arte Rupestre de Campo Lameiro (PAAR) es el centro de interpretación más importante de arte rupestre en Galicia. Su entorno natural, que abarca  más de 22 hectáreas, alberga una de las concentraciones más destacadas de petroglifos al aire libre de Europa. 

Según Patricia Novas, guía del PAAR, los petroglifos más comunes en este parque son figuras de cuadrúpedos, concretamente ciervos. También sobresalen las figuras geométricas, fundamentalmente las combinaciones circulares. Entre los petroglifos emblemáticos del lugar, figura el grabado de Laxe dos Carballos, donde un majestuoso ciervo parece dominar la roca. 

Además de los símbolos a la intemperie, el parque cuenta con un Centro de Interpretación y Documentación, donde los visitantes pueden explorar exposiciones interactivas sobre la historia de los petroglifos, sus técnicas de grabado y su posible significado. También dispone de una recreación de un poblado de la Edad de Bronce, con cabañas y techos de paja, que permite adentrarse en el estilo de vida de quienes realizaron estos grabados hace miles de años. 

Una de las experiencias más impactantes que ofrece este complejo son las visitas nocturnas, llevadas a cabo en verano. En ellas, la iluminación artificial resalta el relieve de las figuras, acentuando su visibilidad e invitando a dilucidar su mensaje oculto. Al respecto, la guía del PAAR concluye que “aunque no sabemos leer realmente los petroglifos, nos unen del forma universal”. 

La grandeza de los círculos concéntricos de Monte Tetón

Situado en la parroquia de Tebra, en Tomiño (Pontevedra), el Monte Tetón puede presumir de tener uno de los conjuntos de petroglifos más espectaculares del sur de Europa. Se estima que fueron hechos entre 3.000 y 2.000 a.C. y su rasgo más característico son sus enormes combinaciones de círculos concéntricos, entre los que destaca uno con 18 anillos y un diámetro de 350 cm, convirtiéndolo en uno de los grabados más grandes del continente. 

La creación del Ecoparque Arqueológico Monte Tetón ha permitido la conservación y puesta en valor de este patrimonio. El área cuenta con senderos señalizados, miradores y áreas de descanso, lo que facilita el acceso a los petroglifos y permite su integración en el entorno natural. 

A modo de recomendación, el momento ideal para visitar estos símbolos es al amanecer o al atardecer, cuando la luz permite observarlos en toda su plenitud. 

El enigma de los laberintos de Mogor

La fama de los petroglifos de Mogor (Marín) se debe, principalmente, a la presencia de laberintos grabados en la roca, un motivo excepcional dentro del arte rupestre galaico. La existencia de estas figuras se documentó por primera vez en 1866, cuando el historiador Manuel Murguía los incluyó en su obra Historia de Galiza.

A lo largo del siglo XX, los estudios sobre este yacimiento se intensificaron y, en la actualidad, se ha convertido en uno de los conjuntos arqueológicos más visitados de la región, gracias a su valor artístico y a la creación del Centro de Interpretación de los Petroglifos de Mogor, inaugurado en 2016. En su interior se presentan paneles explicativos, audiovisuales y reconstrucciones interactivas. Además, el centro también organiza talleres educativos, visitas guiadas y actividades para escolares, ofreciendo una propuesta de ocio diferente y adecuada para cualquier época del año. 

Este conjunto rupestre está compuesto por tres grandes agrupaciones de petroglifos tallados sobre afloramientos graníticos en la ladera de una colina con vistas al Océano Atlántico: la Pedra dos Mouros, la Pedra dos Campiños y la Pedra do Labirinto, el grabado más emblemático del lugar.  Este último se trata de un impresionante laberinto formado por líneas entrecruzadas en la roca. 

Precisamente, uno de los mayores enigmas de Mogor es la presencia de figuras laberínticas, poco comunes en Galicia y extremadamente complejas ya que requieren conocer y recordar un esquema para su correcta ejecución. A pesar de ello, se trata de un motivo universal, conocido en diferentes culturas alejadas en el tiempo y en el espacio. Teniendo en cuenta que no existe una respuesta definitiva sobre lo que significan, se vinculan con el mundo simbólico y ritual. 

Compostela Rupestre, un territorio unido por los símbolos

La última parada de esta ruta por la huella de nuestros ancestros nos lleva a tierras compostelanas. La Deputación de A Coruña ha puesto en marcha el proyecto Compostela Rupestre, que agrupa a los municipios de Ames, Brión, Santiago, Teo y Val do Ubra. Esta iniciativa conjunta busca la conservación y difusión del arte rupestre en la región, y ha catalogado más de 100 estaciones con petroglifos, un número que sigue aumentado con nuevos hallazgos. 

Los grabados de Compostela Rupestre se dividen en dos categorías principales: los motivos geométricos, como círculos y cazoletas, y los motivos figurativos, con figuras de armas y animales, aunque en menor medida. 

Uno de los petroglifos más fascinantes de esta zona, además del grabado de Correxíns (Santiago de Compostela), es el de Río Angueira II en Teo, que representa una posible escena de caza, con jinetes a caballo persiguiendo ciervos, lo que le confiere singularidad dentro del arte rupestre gallego. Asimismo, este territorio alberga numerosos símbolos grabados medievales y modernos, mucho menos estudiados y conocidos. Entre ellos se encuentran las cruces, las marcas de cantero y de propiedad, y los tableros de juego.

Los petroglifos gallegos representan uno de los mayores rompecabezas del arte prehistórico europeo. Aunque sus creadores desparecieron hace miles de años, sus símbolos aún nos invitan a reflexionar sobre el pasado y las conexiones entre culturas distantes. Gracias a la labor de conservación, este patrimonio sigue vivo y accesible para las nuevas generaciones, invitándonos a seguir descifrando sus mensajes y a maravillarnos con el misterio de la historia cincelada en la piedra. 

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