Portonovo tiene alma de Toxiño, tapas e viño

Este nuevo espacio enogastronómico respira autenticidad por los cuatro costados

Portonovo tiene alma de Toxiño, tapas e viño

Vista: Al entrar en Toxiño, tapas e viño, uno siente que el tiempo se detiene. A simple vista, este nuevo espacio enogastronómico, capitaneado por Ana Martínez y Juan Manuel Bea, respira autenticidad por los cuatro costados. La piedra y la madera dan una pista clara de que este local portonovés no es el típico restaurante: es más bien una taberna —o wine bar, en un concepto más contemporáneo— en la que no hay ni trampa ni cartón.

Nariz: Como su sugerente nombre indica, este rincón huele a vino; aromas provenientes de todas las partes del mundo, sin olvidarse de los de nuestra tierra. “Aquí no hablamos de si el vino tiene madera, hablamos de los productores. Tenemos una carta de vinos por copa en la que puedes tomarte desde un Rías Baixas tinto hasta vinos de Marruecos; siempre tenemos alguno de fuera. La carta la cambiamos cada dos o tres semanas, es como una lonja del vino”, explica Bea.

Boca: No hay mejor manera de disfrutar de un vino que acompañarlo de bocados tan sabrosos como clásicos, elaborados con productos de la zona. “Ofrecemos tapas sencillas: desde empanada, croquetas, tortilla, hasta tostas de pulpo, tablas de ibéricos y quesos, o una burger”, detalla Martínez. Para completar este suculento menú, proponen una sopa de fresas con helado de chocolate blanco o un queso con membrillo.

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