Marna, cocina de sabor

De colores oscuros, en Marna se puede observar con claridad la singularidad de cada espacio: la amplia terraza exterior y, en el interior, la zona de cafetería

Marna, cocina de sabor

Vista: Su imagen conjuga la modernidad (especialmente atractiva la barra luminosa de su zona de bar) con un toque minimalista. De colores oscuros, en Marna se puede observar con claridad la singularidad de cada espacio: la amplia terraza exterior y, en el interior, la zona de cafetería que es fronteriza a las mesas altas y banquetas que marcan el inicio del bar. Luego, una zona de transición con un toque de privacidad, para culminar en su luminoso restaurante producto de sus enormes ventanales a la calle.

Nariz: De entrada, se puede disfrutar de un aroma a buen café (un blend de cinco arábicas) y dulce de bollería. A medida que vamos introduciéndonos en su interior vamos reconociendo otros aromas, en este caso a vinos tintos y blancos, con un fondo de cerveza en su zona de bar. El restaurante, al final del local, es una fusión de perfumes gastronómicos: guisos, brasa y productos casi crudos.

Boca: Ismael López, responsable del establecimiento, nos habla de una “cocina de sabor” con una carta amplia donde nos recomienda unos Berberechos en AOVE con cebollino; el Tiradito o un singular Solomillo al café de París. En Marna tampoco falta una gran variedad de pescados que adquieren a diario en el mercado pontevedrés. El dulce lo pone el flan, un Tiracho (un tiramisú con pistacho) y una Madelaine francesa que elaboran al momento, acompañada con helado de avellanas del Piamonte. Y para gustos, el comensal puede elegir entre más de 500 etiquetas de vinos de Galicia, España y del resto del mundo.

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