La Salina, Galicia de principio a fin

Los productos a la venta son todos de origen gallego, preferiblemente de la provincia de Lugo y, en su mayoría, de pequeñas empresas familiares acogidas a la marca Artesanía Alimentaria

La Salina, Galicia de principio a fin

Vista: En una antigua nave de salazón, en las inmediaciones del Camino Francés a su paso por Sarria, se ubica La Salina, un colmado-tapería que recuerda aquellos negocios del rural gallego donde tanto podías tomarte un vino con una conserva como comprarte un tornillo o un kilo de café. De piedra, con techos altos, un patio interior cubierto y una terraza ideal para la época estival, el local combina su faceta de punto de venta de productos con la de restaurante. 

Nariz: En La Salina huele a Galicia, porque lo preside todo. Los productos a la venta son todos de origen gallego, preferiblemente de la provincia de Lugo y, en su mayoría, de pequeñas empresas familiares acogidas a la marca Artesanía Alimentaria. “Lo artesano gallego me fascina y creo que hay que lucharlo porque tenemos un potencial tremendo”, señala la propietaria, Lourdes Viñas. 

Boca: De los desayunos pensados más para los peregrinos, al menú, la carta o la oferta de productos a la venta que se pueden degustar (fríos o calientes) en el propio local. Los sabores de La Salina también nos remiten a Galicia. Caldo gallego, Lacón prensado, Rabas de calamar, Escalopines de pollo al Cebreiro o la ya célebre Ensalada Caprese Gallega; son sólo algunas de las propuestas que nos ofrece el establecimiento, maridadas con cerveza o vinos exclusivamente gallegos. “Si alguien quiere tomarse un Rioja –afirma rotunda la propietaria– éste no es su sitio”.

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