El CIFP Carlos Oroza de Pontevedra ha puesto fin a su proyecto educativo “Comida saludable a todas horas”, una iniciativa cuyo epicentro es una innovadora máquina expendedora de platos preparados a partir de materias primas de calidad y kilómetro cero. La idea es que cualquiera pueda comer una receta tradicional con una mínima regeneración en cualquier momento, seleccionando entre la veintena de propuestas de una máquina que conserva la comida (incluso congelada) y que puede calentarla para consumir en el momento con sólo indicárselo. Como comentan desde el centro, el proyecto busca “redefinir el concepto de comida preparada a través de una apuesta clara por la salud, la sostenibilidad, el producto de proximidad y la excelencia formativa”. 

A todo esto se suma que la comida –preparada en este proyecto por el propio alumnado del centro– sale en envases 100% compostables con los que se reduce la generación de residuos contaminantes. 

Para la clausura del proyecto, el centro pontevedrés ha querido rodearse de las escuelas de hostelería colaboradoras (CIFP Hostelería y Turismo de Gijón, Escuela de Hostelería de Gamarra (Vitoria), Escuela de Hostelería de Leioa (Bilbao) y CIFP Juniper Serra de Palma de Mallorca), que prepararon elaboraciones tradicionales de sus territorios para incorporar a la oferta de la máquina, que puede almacenar hasta 88 platos de comida. Y la excelencia de la oferta de esta peculiar expendedora –fabricada en Italia pero adaptada a las necesidades y particularidades del proyecto educativo del Carlos Oroza– quedó patente en una comida a la que asistieron autoridades, empresarios hosteleros y hoteleros de la zona, entidades colaboradoras y medios de comunicación, en la que todos los presentes destacaron la calidad de las diferentes elaboraciones, prácticamente idénticas a las que podría realizar un restaurante en sus cocinas.