El Gobierno local de A Coruña ha dado luz verde a la llamada ‘tasa turística’, siendo así la segunda ciudad gallega en aplicar este gravamen, tras Santiago de Compostela. La iniciativa, que será debatida próximamente en Pleno, está concebida “para ayudar a hacer frente al aumento de los costes en la prestación de servicios públicos, derivados, en parte, del mayor número de viajeros y estadías turísticas que se vienen contabilizando en la ciudad en los últimos años”, explican desde el Concello. Como abunda la alcaldesa, Inés Rey, “hablamos de una cuestión de equilibrio. El turismo es una fuente de ingresos para la ciudad y, a la vez, para hacer frente a la demanda existente es fundamental reforzar nuestros servicios públicos. No hablamos de gravar el turismo, sino de ser responsables ante una realidad”. 

El año pasado, A Coruña estuvo a punto de rebasar el millón de turistas, frente a los 750.000 registrados en 2022. “Esto muestra una tendencia al alza a la que, además, se suma un impacto territorial muy específico en algunos barrios de la ciudad”, especifica la regidora. 

La “tasa” irá desde el euro a los dos euros y medio en función del alojamiento, incluyendo los cruceros que, en todo caso, no empezarán a aplicar el gravamen hasta el año que viene. “Si se cambiase la normativa autonómica se estudiaría la no aplicación de esta recarga a los cruceros”, matizó la alcaldesa. Quedan exentos de pagar aquellas personas que realicen estadías por motivos de salud, los deportistas federados por competición oficial, los menores de edad no emancipados, las personas con un grado de discapacidad superior al 65%, las que disfruten de estadías por programas sociales públicos e lda Unión Europea (UE), las que lleven a cabo estadías en albergues públicos del Plan Xacobeo y las personas que efectúen estadías en establecimientos hosteleros a causa de reformas en la vivienda propia en la ciudad. 

Uso de playas.- La Xunta de Goberno Local también aprobó la nueva ordenanza de uso de las playas de la ciudad que incluye la prohibición de usar altavoces en los arenales o de llevar perros entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, excepto en la cala canina de Bens. La ordenanza abre también la posibilidad de declarar zonas sin humo.